En EEUU están como locos por el robot que dobla ropa

La fiebre de las empresas tecnológicas por dar soluciones a todo tipo de problemas de la vida cotidiana ha llegado hasta nuestra colada. Ahora, un robot anunciado por la compañía californiana FoldiMate afirma doblar toda la ropa de la casa de forma rápida y eficaz. Una propuesta demasiado atractiva para los más ocupados, y es que, ya se han mostrado interesados hasta 50.000 consumidores por el nuevo producto con su sólo anuncio.

El doblador de ropa se trata de un dispositivo cuyo costo oscila entre los 700 y 800 dólares. Su atractivo reside en que no sólo dobla y apila las camisas, sino que además se encarga de darles un golpe de vapor final quitando así las últimas arrugas y dejando un toque suave de olor a limpio.

El bautizado por sus creadores como «tu compañero de doblar la colada» ha sido creado por esta startup americana dedicada a ‘servicios robóticos’, una compañía nada desdeñable teniendo en cuenta el gran número de ingenieros expertos en robótica que componen su plantilla. No obstante, la dirección de la empresa ha salido al paso del aluvión de interesados y ha aclarado que no aceptará reservas del dispositivo hasta 2017. De manera que no será hasta 2018 cuando se realicen los primeros envíos.

Lo que sí queda claro es que FoldiMate ha inventado eso que necesitan muchos consumidores sin apenas tiempo para doblar su ropa. Un hecho que han tenido muy claro desde el principio y que han utilizado como principal baza, y es que se estima que invertimos de promedio 375 días de nuestra vida en doblar ropa. Ni más ni menos. El dato ha sido usado por la startup en su publicidad para atraer a todos aquellos cuyo ajetreado día a día les impide realizar esta tarea o bien, prefieren ganar en tiempo libre para hacer otras actividades más interesantes mientras no les importa gastarse entorno a unos 700 dólares en el dispositivo.

Cómo funciona

El robot propiamente dicho consta de unos brazos robóticos que coordinan a la perfección los movimientos necesarios para doblar la ropa. Puede llegar a hacer esta tarea en segundos y lograr doblar hasta 20 prendas de ropa. Además, cuenta con un recipiente que colocado a un lado del dispositivo sirve para ir apilando las camisas. Por último, incluye un limpiador de vapor por medio de un sistema de cápsulas que la máquina admite y que con sólo un gesto permite eliminar las últimas arrugas para finalmente rociar un toque de suavizante.

Más concretamente, doblar cada prenda le lleva al robot una media de 10 segundos, y quitarle las arrugas entre unos 20 o 30 segundos por pieza. Sin embargo, el mayor inconveniente no reside en el precio de la máquina, sino en el hecho de funcionar con un número fijo y limitado de prendas. Por otro lado, tampoco está diseñada para plegar piezas demasiado grandes, como sábanas, ni tampoco demasiado pequeñas, como ropa interior o calcetines. Además, el modelo estándar tampoco plancha expresamente, pero el modelo Premium sí que alisa las prendas.

La máquina consta además de una serie de perchas para colgar en ella camisetas, pantalones, toallas y faldas. El invento no queda ahí, y es que también puede ser gestionado y puesto en marcha con una aplicación móvil.

La domótica y las casas inteligentes

Algunos opinan que esta fiebre por solucionar cada problema cotidiano es una burbuja generada por las compañías tecnológicas y que no tardará en explotar. Ya hemos visto cómo han llegado al mercado las cápsulas de café rellenables e incluso tazas que nos dicen qué tipo de líquido contienen.

También hemos observado cómo han entrado a nuestras cocinas neveras que nos alertan de que nos estamos quedando sin leche, cualquier otro producto y que incluso ellas mismas son capaces de hacer el pedido de la compra. Sin olvidar también cómo han irrumpido en el mercado botones de Amazon en las lavadoras con los que solicitar detergente o papel higiénico con tan solo pulsarlos.

El campo de la domótica ha traído lo que se conoce como casas inteligentes que se conectan al móvil mediante aplicaciones. Una tecnología que ha llegado para quedarse y que parte de la premisa de delegar cada vez más las tareas cotidianas en manos de los robots, como “la dobladora de ropa”.